Luego de haber tenido en primer año de la carrera una introducción a las estructuras, los estudiantes de arquitectura cursan, en el segundo año, la materia Estructuras I.

En la misma se les enseña los cinco tipos estructurales que van a usar más frecuentemente durante sus proyectos de taller y a lo largo de su vida profesional. Ellos son la viga de alma llena, la viga reticulada, el cable, el arco y el pórtico, todos isostáticos, con excepción de la viga continua.

En primera instancia se les hace notar la importancia que tiene la estructura en el proyecto de arquitectura, que no es sólo la de cubrir un espacio soportando cargas, sino que también cumple otros roles que pueden llegar a definir o al menos enriquecer el resultado arquitectónico. Por tal motivo debe ser tenida en cuenta desde el principio del proceso proyectual. Luego, mediante el uso de modelos didácticos, ellos pueden visualizar y comprender las características y el comportamiento de cada uno de ellos, brindándoles además criterios para un diseño estructural eficiente y herramientas sencillas de cálculo para que puedan llegar a establecer las dimensiones aproximadas de las secciones de los distintos tipos estructurales.

Esta exposición que se lleva a cabo anualmente es el fruto de todo este proceso. En ella se puede observar cómo, a partir de la aplicación de criterios de diseño y de la resolución de casos básicos de cada tipo estructural en los trabajos prácticos se logran interesantes y creativos objetos arquitectónicos.

También se muestran ejemplos desarrollados en la materia electiva Arquitectura en zona sísmica creada en primer lugar para hacer tomar conciencia de que se vive, se diseña y se construye en zona sísmica por lo que es imprescindible tomar las precauciones del caso. De esa manera minimizar daños, facilitar tareas de auxilio y fundamentalmente evitar la pérdida de vidas humanas. Y en segundo lugar mostrar la importancia que tiene el diseño por sobre el cálculo en la sismorresistencia de los edificios.  Esto pone en evidencia la relevancia del rol del arquitecto, aunque es recomendable un trabajo interdisciplinario con el calculista.

Ing. Arturo Terán Navarro