Belén García Pérez tiene 23 años y es estudiante de 5to año de la FAU-UNT. Está cursando un intercambio académico en la ciudad de Sucre, Bolivia con la Universidad Real, Mayor y Pontifica de San Francisco Xavier de Chuquisaca. El intercambio surgió a partir de una Beca MARCA MERCOSUR, un programa regional destinado a instituciones de educación superior de los Estados Parte y Asociados del MERCOSUR, en donde participan estudiantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Uruguay.

Tanto la FAU UNT como la Universidad de Bolivia, colaboraron para que Belén pueda llevar una experiencia académica con los gastos de movilidad y manutención cubiertos.
Belén llegó a Bolivia el pasado 28 de Agosto y se quedará hasta terminar el semestre en diciembre. “Esta experiencia me genera muchas expectativas, porque no es sólo conocer otras maneras de aprender y hacer arquitectura, sino también de aprender de otras culturas y con otras culturas, abrir la mente y ver qué cosas nuevas podemos llevar al territorio o la comunidad en la que vivimos para mejorarla”.

También destacó la oportunidad para el autoconocimiento personal. Sobre lo rico que es el intercambio académico, García Pérez expresó “que las universidades apuesten a esto me parece fundamental para la formación de futuros profesionales independientes y seguros en el ámbito en que nos toque desarrollarnos, capaces de afrontar distintos desafíos”.

Sobre el testimonio de vida que esta experiencia representa Belén dijo que “quiero incentivar a otros estudiantes a participar de todos los espacios de formación extracurriculares que la Universidad nos brinda y a permitirse soñar con obtener una beca de intercambio, como me lo permití soñar desde que ingresé a la FAU en 2017 y hoy estoy muy feliz de poder concretar”.

Conversamos con Belén y consultamos ¿Qué aspectos te interesa aprender o reforzar en este proceso?


Quiero reforzar conocimientos sobre la conservación del Patrimonio. Sucre es una ciudad declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Acá hay un excelente cuidado de la arquitectura colonial y respeto hacia el patrimonio intangible. Hay muchas culturas vivas precolombinas, que conviven con sus costumbres hasta el día de hoy y esa mixtura la hace una ciudad muy interesante de habitar.

¿Qué puntos fuertes ves en esta Universidad para mejorar tu formación?


Particularmente todo el último año de la carrera tiene una orientación hacia lo patrimonial, creo que es un punto muy fuerte dentro de la USFX. Pienso para cuando vuelva a Tucumán, una provincia muy rica en inmuebles patrimoniales, que poco a poco estamos dejando que desaparezcan y en su lugar se construyen edificios en altura o estacionamientos, me parece fundamental pensarnos como futuros profesionales comprometidos y conocedores de la importancia de la conservación patrimonial. Además de ser profesionales capaces de plantear desde la academia las luchas para preservar lo que nos identifica como ciudadanos, nuestro paisaje, nuestra cultura.

El cuatrimestre pasado en la FAU, tuve la suerte de cursar la PPA de Conservación del Patrimonio Construido, con modalidad de Extensión Universitaria y eso me dio una buena base teórica y práctica para poder insertarme hoy en el último semestre de la USFX con su fuerte contenido patrimonial.

También creo que la FAU y los distintos espacios de participación extracurriculares de los que fui formando parte en mi paso por la universidad me ayudó a generar capacidades para desenvolverme en ámbitos nuevos y distintos y poder trabajar con otras personas desde el respeto, el diálogo y la organización.

Una Reflexión sobre el valor de la Universidad Pública


Belén García Pérez puso en valor el lugar de la Educación Pública en esta experiencia de intercambio del programa MARCA “estoy muy agradecida a la Universidad Pública de poder ser partícipe de esta experiencia. La oportunidad de ser beneficiaria/o de una beca hace que la universidad esté junto al pueblo y los trabajadores, ampliando los horizontes de la juventud e invirtiendo en el futuro de nuestras sociedades”.
Al mismo tiempo señaló que “la arquitectura como testigo de la historia tiene mucho que hacer, decir y preguntarse sobre los modos y las lógicas en las que se componen los espacios de encuentro y las ciudades en las que vivimos, y no hay mejor manera de aprender e interpelarse que habitando espacios nuevos y nutriéndose de otras culturas”.