Guillermo Gonzalo es arquitecto, docente, investigador y profesor Consulto de la UNT. Comenzó a redactar el programa general de la Especialización de Arquitectura Sustentable, carrera de postgrado de la FAU, allá por el año 2015. En la génesis de esta propuesta, el Arq. Gonzalo redactó los programas específicos de las 18 actividades que comprende la carrera, cursos, seminarios y trabajo final, coordinando además con los posibles profesores de la FAU y otros de varias universidades nacionales del país el futuro dictado. Y con la colaboración de la Secretaría de Postgrado de la FAU, llevaron adelante las gestiones ante el Ministerio de Educación de la Nación, para conseguir a partir de 2018 la confirmación para dictarla.
En el año 2018 comenzó la primera cohorte con 35 alumnos y prácticamente todos los/as inscriptos/as completaron todos los cursos y seminarios. En la primera entrega de diplomas 26 egresados de la carrera de arquitectura sustentable recibieron la certificación.
En el 2021 comenzó la segunda cohorte que funcionó online con muy buenos resultados y expectativas de tener un nivel alto de egresados.
La Arquitectura Sustentable aborda las condiciones climáticas, y el cuidado del medio ambiente durante el proceso del proyecto arquitectónico. Se trata de un enfoque que procura disminuir los posibles daños propios de la labor del arquitecto y arquitecta.
Conversamos con el docente e investigador sobre la experiencia que se viene desarrollando y las expectativas a futuro de una manera de concebir la práctica arquitectónica y su incidencia medioambiental.
- ¿Cómo surge y qué es la Arquitectura Sustentable?
El concepto de “Arquitectura Sustentable”, también conocida como “Sostenible” surge de una necesidad de respuesta a un problema que se presentó en las tres últimas décadas del siglo pasado. Sobre este tema a mediados de los 70´ hice un postgrado con un profesor muy importante de Israel en la Universidad de California de Los Ángeles.
Este postgrado se denominaba “Arquitectura Bioclimática”, lo cual significaba una arquitectura que tuviera en cuenta las condiciones climáticas del lugar, a efectos de disminuir los consumos energéticos, porque justamente el problema mundial era que el barril de petróleo había experimentado un incremento de precios muy grandes.
Con lo aprendido regresé a mi Facultad de Arquitectura y creamos la materia electiva “Arquitectura Bioclimática”, que luego se integró con la materia Acondicionamiento Ambiental I cuando me hice cargo de la misma. Fue la primera en Argentina y luego compartimos con distintas universidades del país ese programa aprobado por el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Tucumán. A principios del siglo actual ya se comenzó a utilizar el término Arquitectura Sustentable, debido a los alcances que se venían observando sobre el cambio climático que involucraba en gran medida la actividad de los arquitectos. Arquitectura Sustentable involucra no solo la adaptación de la arquitectura a las condiciones climáticas, si no al sitio, al medio ambiente y a la sociedad procurando disminuir al máximo los posibles daños e incrementar las ventajas de las acciones humanas que tengan que ver con la labor del arquitecto.
- ¿Qué aporta a la formación de los arquitectos el enfoque de la sustentabilidad?
Hoy es algo imprescindible. Cuando estudié la carrera a finales de los 60´ y principio de los 70´, los problemas energéticos de contaminación y ambientales en general no se tomaban aún como determinantes sino como condicionantes del diseño arquitectónico.
Las siguientes crisis energéticas y ambientales llevaron a tener que contemplar los intercambios de energía, materia, información, que se producían en ciudades y edificios así como los sumideros y retroalimentaciones posibles, además de los principios básicos, que históricamente se venían considerando, principalmente el valor técnico significativo y la funcionalidad en el diseño. Con el nuevo paradigma de la sustentabilidad se contempla el diseño urbano y arquitectónico en función de la reducción de impacto que se podría producir sobre el ambiente en todo su ciclo de vida, desde la elección de lo que vamos a hacer hasta cómo realizarlo y el futuro de esas construcciones cuando completen su ciclo vital.
- ¿Qué expectativas tiene en cuanto al futuro de la EAS?
Estimo que la carrera llegará a convertirse como es el caso de muchas especialidades en la facultad de medicina, es decir como una opción permanente para nuestros egresados arquitectos.
Esto lo pienso en función de los continuos deterioros del medio ambiente que no dejan de producirse a pesar de los distintos acuerdos internacionales, además de la necesidad creciente que tienen los profesionales arquitectos e ingenieros de cubrir esta temática en sus trabajos, ya sean públicos o privados por el incremento de la información que tienen los usuarios sobre estos aspectos y las exigencias que se comienzan a plantear al respecto.
En muchos concursos que se publican a nivel nacional o internacional, podemos observar que cada vez más se contempla y valora la correcta resolución del diseño urbano o de los edificios que toman en cuenta algún tipo de certificación o normas, las cuales ya están muy probadas y afianzadas en el campo de actuación de la arquitectura y el urbanismo.
- ¿Hay espacios en Tucumán para aplicar AS o aún se requiere que se consolide esta mirada?
La nueva arquitectura y desarrollo urbano que debemos empezar a definir y pautar, según el enfoque integral propuesto, debe ser en sí mismo educativo en cuanto a proponer que el equilibrio entre el ambiente, personas y la arquitectura se convierta en un sistema de diseño integral tendiente al bienestar, seguridad, libertad y el progreso de todas las personas en y con un ambiente interactuante protegido de la contaminación y con un equilibrado aprovechamiento de los recursos, contemplando dichos equilibrios a largo plazo.